Anotaciones dispersas sobre Operación Bikini, de Rodrigo Figueroa
- marcia mendieta estenssoro
- hace 6 dĆas
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Marcia Mendieta Estenssoro ensaya varias miradas y bĆŗsquedas respecto de Operación Bikini (Editorial 3600, 2025) poemario con el que el poeta cochabambino Rodrigo Figueroa Calsina obtuvo el segundo lugar en el LI Premio Franz Tamayo de PoesĆa
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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La dismorfia es un trastorno de alteración de la percepción del cuerpo. EstĆ” ahĆ, en cómo uno se mira. El dismórfico no se topa con un defecto ārealā, sino con un desajuste en la mirada.
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ā¦mirarse /mirar / mirarse mirando
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ĀæQuĆ© hace que un poeta se centre en el cuerpo, en la forma?, se podrĆa preguntar alguien poco cercano a la poesĆa. SerĆa conveniente entonces devolver otras preguntas: QuĆ© es la poesĆa si no es cuerpo. QuĆ© es el lenguaje si no materia maleable. El revĆ©s de la prevalencia del sentido por sobre los sentidos.
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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En Operación Bikini la voz poĆ©tica mira. Es una mirada velada, dismórfica. La relación con el cuerpo siempre estĆ” mediada. Se mira a travĆ©s del afiche, del formulario de inscripción, de la mirada de la mujer que limpia la mĆ”quina de poleas, a travĆ©s de āese espejo que muestra una verdad distorsionadaā.
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El opaco ventanal de la calle / refleja el dolor de un cuerpo /dispuesto a perder su forma.
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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Por invitación del ministro de educación de Uruguay, en 1938, Gabriela Mistral participa en un curso de verano del Instituto Acevedo, en Montevideo. Las otras invitadas son Juana de Ibarborou y Alfonsina Storni. A esta trĆada se les ha planteado como consigna que describan su proceso creativo. Las tres se rĆen un poco, rodean la pregunta, dicen lo que quieren. Gabriela Mistral llama a la conferencia: āActo de obediencia a un ministroā.
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En esta charla, la Mistral reflexiona sobre su definición de poesĆa. Para ello presenta un poema que escribió. Dice que en el texto habla un niƱo de una cantidad de bultos que ve falsos, que ve con su ojito. Los que escribimos versos, dice ella, como el niƱo, traemos en el ojo una viga atravesada, una que incide en todo lo que miramos y nos convierte, dice ella, en āantilógicos y antirrealistasā. Cito a Gabriela: āEsa viga nos hace a veces ver amarillo lo que es negro, y nos hace ver redondo lo que es cuadrado, y nos hace caminar entre una serie de disparates maravillososā.Ā
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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PensĆ© en el tĆ©rmino dismorfia, recordando la manera en que Paul Preciado lleva al anĆ”lisis polĆtico el tĆ©rmino disforia. Lo usa no para nombrar una enfermedad, sino para abordar la dislocación entre este mundo en colapso y nuevas formas de construir mundos. La terminologĆa mĆ©dica, dice Preciado, la que se refiere a los cuerpos, halla cabida perfectamente en otros tantos espacios de sentido.
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AsĆ como el lenguaje es cuerpo, del cuerpo se desprenden mĆŗltiples posibilidades de nombrar.
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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En Operación Bikini el yo poĆ©tico no sólo mira, tambiĆ©n escucha. La formación de fichas de personajes a los que se asigna un código, estatura, peso e Ćndice de masa corporal abre registros.
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Encuentro dos funciones en estos registros: por un lado, revelan un interlocutor, un testigo fantasma, que se hace preguntas. Por otro, convierten a los personajes-código en puro cuerpo en trĆ”nsito. Son voces que buscan en el gimnasio, o en el bisturĆ, una transformación que los redima de las mĆŗltiples violencias a las que han sido sometidos.
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(āĆl hizo el milagro: castigĆ”ndose, sufriendo, penando, sudando: Ā”no hay lĆmites para la fuerza humana!ā, dice un personaje del cuento del escritor brasilero Rubem Fonseca que estĆ” ambientado en un gimnasio).
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Ese milagro es la transformación encarnizada en el cuerpo deseado como propio, posando frente a ellos, en el espejo.
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Por eso vengo a vengar mi cuerpo / a sentir la aspereza de forjar / lo dĆ©bil en materia dura/ cincelar en la oscuridad / la forma en que otros me ven. // Mi mĆŗsculo se expande con la fe / de que algĆŗn dĆa alguien pueda / recordar mi verdadero nombre.
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Y sin embargo lo que se encarniza es la declaración; lo escrito queda quieto en el papel. Leeremos siempre la manifestación de ese deseo de cambio, siempre la memoria de un trÔnsito, nunca la llegada.
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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Ejercicio y escritura. Dice en el prólogo GermĆ”n Carrasco: āel cuerpo atlĆ©tico es antinatural: la bailarina, parada en puntas de pie, lo es. El poema tambiĆ©n lo es: nadie habla asĆ, con pausas, obsesiones y figuras.ā Musculatura y escritura. CuĆ”ntas veces se habrĆ” escuchado en talleres literarios que la escritura es un mĆŗsculo. Crear mĆŗsculo es doloroso. Sentarse a escribir es incómodo, mover los dedos rĆ”pidamente en un teclado sin que te distraigan las notificaciones de las redes es incómodo, dislocar el lenguaje, en el fondo, hacer poesĆa, es incómodo. Implica sacar el cuerpo, o el lenguaje, de su estado habitual y llevarlo hacia un extremo, pensar en cómo trasladarlo y soportar la macurca. Rutina y escritura. Encontrar un espacio sólo para pensar una imagen o un sonido, en medio del ruido de todo lo que se llama Ćŗtil, Āæimplica una disciplina o una indisciplina? Cómo verlo.
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Los mejores ejercicios / (como en el poema) / exigen crear hƔbito / sobre todo / en circunstancias adversas.
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ĀæAlguien aquĆ quiere parecerse a sĆ mismo?
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āMi cuerpo es un lugar intercambiableā, dice un verso de Operación Bikini, āes duro aceptar que / mi cuerpo no me perteneceā, otro verso y otro: āhe incorporado el ejercicio como castigoā.
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En el gimnasio, este espacio tan raro, donde se rinde culto a las posibilidades del cuerpo, Ć©ste es un dispositivo removible. Hay tanto dolor en ese desapego de los cuerpos de Operación Bikini que serĆa imposible leer el libro si al mismo tiempo no fueran poemas irónicos, breves, graciosos y cotidianos. Despojados de grandilocuencia, parecen decir: entre sudor, goma y Lysoform tambiĆ©n hay poesĆa. No hay que mirar mĆ”s allĆ” de la mĆ”quina de poleas. Sólo hay que ajustar la mirada a lo que tenemos a mano.
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Y eso es un alivio (o no).
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¿Alguien aquà quiere parecerse a sà mismo? es un verso de este libro. Pero no se preocupen, no tienen que responder la pregunta. No es mi intención ponerlos en aprietos hoy.
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