El ensamble conformado a finales del año pasado se consolida el 2023 y llevará la propuesta a siete ciudades bolivianas entre mayo y octubre. Se trata de un ambicioso proyecto del reconocido músico paceño, quien nos cuenta sobre los orígenes, motivaciones y entretelones de este nuevo formato en que presenta sus canciones.
- ¿Cuándo y cómo surge la idea de este ensamble?, ¿del formato octeto?
- La idea del formato con cuerdas nace hace algunos años, yo creo que cuando estaba estudiando armonía y arreglos en Buenos Aires, entre 2015 y 2016. A partir de algunas cosas de entonces, trabajos de estudiante y algunas prácticas, se me quedaron las ganas de hacer arreglos. Todo eso se quedó en mi cabeza estos años y a fines del año pasado se me ocurrió armarlo. Y a la idea de tocar con arreglos de cuerdas se sumó una idea más interesante, fusionar dos cuartetos: uno de música popular, que somos yo y mis músicos; y un cuarteto clásico, o sea un cello, una viola y dos violines.
- ¿Qué canciones conforman el repertorio y cuál ha sido el criterio para elegirlas?
- Para esta gira con el octeto, hay un cambio bastante grande en el reportorio, más de lo que acostumbro. Seguramente porque hay canciones que en la cabeza me sonaban mejor con arreglos, o canciones en las que tenía ganas de hacer arreglos de cuerdas; eso por una parte, por otro lado, mantener los arreglos de cuerdas que había escrito para el álbum Hermetismo, del que hay cinco temas.
- ¿Cómo ha sido el trabajo de escritura y arreglos?, ¿hay cambios respecto a los primeros conciertos del octeto?
- La verdad es que ha sido muchísimo trabajo. Yo acabé la gira del año pasado la primera semana de septiembre y desde ahí no paré de trabajar. Cuando me pongo a trabajar intensamente, voy hasta donde mi cuerpo aguante, es decir, muchísimo más de ocho horas al día por supuesto, de lunes a domingo o de lunes a sábado, porque tenía un par de conciertos en noviembre.
Entonces alcancé a hacer 14 arreglos, en realidad, menos, porque los arreglos de los temas de Hermetismo ya estaban prácticamente hechos. Pero es complicado hacer arreglos, hay que escribir para cada instrumento en su clave… entonces ha sido muchísimo trabajo para noviembre del año pasado, que ha sido como un debut, no ha sido una gira en realidad, solo han sido dos conciertos en el Teatro Municipal de La Paz.
Para la gira de este año he aumentado tres canciones, he corregido un poco a partir de la experiencia anterior y también estoy presentando cosas nuevas. Es bueno aclarar que son arreglos para canciones, pero que además estoy proponiendo música nueva para cuerdas, seguramente un cuarteto o, si se puede, algo más grande, para de aquí a unos años. Hay algunos movimientos o partes que tengo ya medio acabadas de esa obra grande y las estoy probando como introducciones de canciones. Hay muchas, creo que ya son seis obras nuevas.
- ¿Existe la intención de grabar estas versiones?
- No sé si grabar. Bueno, en todo caso, este año no voy a grabar, sería en 2024. Como te comenté en la entrevista sobre Hermetismo, dejé afuera un disco entero, porque escribí como 17 canciones el 2021 y había elegido un grupo para grabarlas en Hermetismo. Mi disyuntiva sería si grabar eso o escribir nuevas canciones para el octeto. No me llama tanto la atención grabar estas versiones como escribir para este formato de octeto. Eso, honestamente, me está llenando la cabeza estos meses, hace ya bastante, y es posible que me ponga a escribir para el octeto, pero todo nuevo.
- En ocasiones anteriores has dicho que el octeto es, en realidad, un diálogo entre dos cuartetos, ¿cómo relacionas la música de cámara y el rock como compositor y como consumidor de música?
- Bueno, es algo bastante difícil de decir. Sin ánimo de estar inventando la pólvora, digamos, es una fusión, pero siempre desde mi punto de vista y desde lo que intento hacer como sonido. Es realmente interesante el potencial que veo en este octeto porque todavía como es mi primera vez, mientras vamos ensayando y tocando y tocando voy sintiendo que se puede estirar mucho en el estilo de arreglos, en el diálogo mismo de los dos cuartetos.
Es muy interesante todo lo que se puede hacer. Como cuarteto popular, estamos cambiando la manera de tocar; de hecho, no hay bajista, yo hago los bajos, con un pedal octavador, tocando la guitarra. En esta gira yo también toco el piano, pero tenemos para estirar mucho. A Lucía, que está en las voces y el teclado, también se le puede escribir arreglos un poco más complejos. Entonces, lo que a mí me interesa es justamente ese diálogo, ver de qué manera se puede hacer, qué sentido tendría, que sonido saldría de allí.
Hay momentos en que las cuerdas hacen armonías tipo colchones, en que las cuatro cuerdas están haciendo, digamos, acordes, pero también están haciendo otra función rítmica. Y hay otras canciones en las que realmente son como un cuarteto de cuerdas clásico. Y aún hay otras cosas que podría explorar, como el uso de glissandos o de otras técnicas que escucho en los arreglos de Piazzolla, o en otros arreglos de fusión o de cuarteto de cuerdas que no son de la época clásica sino más románticos y que me interesa ir probando también.
- ¿Quiénes integran el octeto y cuáles son las fechas y lugares de la gira?
- El octeto está formado por Vania Andrea García, cello; Andrea Benavides, viola; Hadit Sol Bustos, primer violín; Pamela Durán, segundo violín; son cuatro chicas de la orquesta sinfónica, muy capas. Y en el otro lado estamos Mauricio Cardona, que toca conmigo desde 2017, en la bata; Heber Peredo, en piano, que igual está desde 2017 y que ha grabado el disco Yo es otro; y Lucía Leyes, en voz y teclados, que es un gran refuerzo, y yo.
La gira empieza este 13 y 14 en el Teatro Laredo de Cochabamba; sigue el 10 de junio en el Teatro CBA de Santa Cruz; el 16 y 17 de junio será en Teatro Albero Saavedra Pérez de La Paz; luego tenemos Oruro, en el Multiteatro, el 12 de agosto; el 25 de agosto en el Teatro Gran Mariscal de Sucre; el 26 de agosto en el Teatro Cuarto Centenario en Potosí y cerramos la gira el 12 de octubre en el Teatro de la Cultura en Tarija.