Entre el jueves 13 y el viernes 14, Sucre acogerá un encuentro de escritoras pensado para reflexionar y proponer ideas en torno a los diferentes roles de la mujer en las disciplinas ligadas a la palabra.
Las mujeres leen, las mujeres escriben. Para que esta afirmación corresponda a la realidad boliviana, se necesitaron siglos de lucha. Por ello, revalorizar la palabra de las escritoras bolivianas debería ser una causa común en la investigación y las iniciativas literarias y culturales. En esa línea, se ha gestado el Encuentro de Escritoras “A la mujer por la palabra” que homenajeará a dos chuquisaqueñas que fueron lumbreras en sus campos: María Josefa Mujía y Julia Elena Fortún.
Más de 100 años separan su quehacer en la sociedad sucrense, pero es el impacto de su trabajo lo que trasciende el paso del tiempo y la razón por la que son presentadas como mujeres escritoras que han cambiado la historia del país y lo han hecho desde el sur –porque también es importante descentralizar los perfiles que recordamos.
Este encuentro se llevará adelante en Sucre y tendrá otras versiones en Oruro y Riberalta, además de Cochabamba, entre 2024 y 2025, bajo la coordinación de la poeta e investigadora Virginia Ayllón, y a través del programa Escrituras y Feminismos del Centro Cultural de España en La Paz (CCELP).
Expondrán sus trabajos y debatirán en este encuentro: Matilde Casazola, Rosario Barahona, Micaela Mendoza, Sarah Cecilia Moscoso, Eliana Soza, Amparo Silva, Maricruz Alvarado, Noelia Richter, Carla Alina Amurrio, Camila Urioste y Daniela Peterito.
En torno a las homenajeadas
María Josefa Mujía
Nació en Sucre, el 25 de noviembre de 1812, aunque otras investigaciones citan el año 1820. Su nombre completo fue María Josefa Catalina Mujía Estrada, primogénita de seis hermanos, hija del español Miguel Mujía y de la chuquisaqueña Andrea Estrada, según cita el Diccionario Histórico de Bolivia de Josep M. Barnadas.
“En la capital de Bolivia y en el seno de una familia distinguida, existe solitaria y retirada una mujer, joven todavía y bella, cuyo talento y desgracia han llamado desde pocos años a esta parte la atención en aquella ciudad”, escribió sobre ella Gabriel René Moreno en su libro Estudios de literatura boliviana.
Mujía es considerada la primera poeta boliviana y la máxima exponente del romanticismo que se desarrolló durante el nacimiento y los primeros años de vida de la patria.
Julia Elena Fortún
Antropóloga, etnomusicóloga, maestra e historiadora; Julia Elena Fortún, nacida en Sucre el 6 de octubre de 1928, fue una incansable investigadora que rescató y permitió el resguardo de importantes documentos del legado patrimonial de la historia del país.
Gracias a ella, por ejemplo, Sucre cuenta con los manuscritos de música colonial del Convento de San Felipe Neri y de la Catedral de Sucre, un importante aporte para el estudio de la música boliviana de cuando este territorio aún no tenía un nombre propio como país independiente.
Posterior a su descubrimiento en 1948, Fortún gestionó que estas partituras de la música colonial sean valoradas y que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) las done al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB). Con este conjunto documental, el ABNB se convirtió en el repositorio de música colonial y barroca más grande de América.
Debido a su pasión por la música y por la etnografía, Fortún desarrolló investigaciones que contribuyeron a conocer los orígenes y facetas de las danzas y la música bolivianas. Entre sus publicaciones están, por ejemplo, Música indígena de Bolivia (1947), La danza de los diablos (1961), La Navidad en Bolivia (1956), Música Folklórica Boliviana (1961) y Aerófonos Prehispánicos Andinos (1970).
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