El cantautor cochabambino Ricardo Cox Araníbar presentó en simultáneo dos libros. Uno, Luz natural, marca su debut en la escritura poética, y el otro Homenaje en español a grandes cantautores, rinde tributo a sus ascendentes musicales con versiones en español de letras de artistas como Chico Buarque o Joan Manuel Serrat. Ambos libros ya fueron lanzados en La Paz el pasado 6 de septiembre y ayer se presentaron en Cochabamba.
Los caminos de la luz
En Luz Natural, Ricardo Cox desenvuelve una madeja que aúna la meditación breve, la contemplación del mundo, la denuncia social y los afectos de entrecasa.
Cantautor, intérprete de música popular y atento lector y escuchador de una copiosa tradición de poetas cantores y cantores poetas, el autor ejerce una devolución, un diálogo, asentado por el paso y el peso del tiempo (este es su primer libro de poemas publicado), que conjura las dubitaciones primerizas con un discurso claro, por momentos transparente que, desde la brevedad compartida por la mayoría de los poemas, ofrece reflexiones a veces zen, a veces truncas y observaciones a veces singulares, a veces naturales, como la luz que las ampara.
Lo “natural”, aquí, adquiere la significación del pensamiento, de la observación, de la aceptación, de la asunción del tiempo transcurrido. Reclama y ejerce, como todo arte y artista, un lugar propio. Y desde aquel nos lanza chispas, relámpagos, rayos que iluminan recintos, y encarna también el ojo o el cuerpo que atestigua la luz y sus trayectos radiales y que, en todo caso, nos invita a mirar la naturaleza no sólo como una especie en extinción, sino como un recordatorio de la perennidad cósmica, de un mundo que se nos ofrece pero que también nos excede, nos sobrecoge.
En lo formal y temático, Cox se atreve al caligrama (“La floresta”, pág. 6; “El árbol de la vida”, pág. 15; entre otros), al neologismo (“Solhoja”, pág. 9), a la evocación costumbrista (“Oda a la Quewiña”, pág. 10), al minimalismo cuasi-zen (“Senderos”, pág. 46), a la invocación amorosa (“Mujer”, pág.30; “Fuentes ufanas”, pág. 32), a una contemplación naturalista, que elude la égloga para proponer imágenes rotundas (“Oda al molle”, pág. 28) y a una sentida memoria de las querencias familiares (“Madre Lola”, pág. 18; “A mi padre”, pág. 19).
Luz natural flota, liviano como las partículas que la luz solar desnuda en el aire poblado de milagros. Es una búsqueda y un encuentro. La necesaria indagación del músico que se interna en los bosques de la palabra.
La canción, compañera
En un ejercicio de cauce opuesto, en el Homenaje en español a grandes cantautores, Ricardo Cox propone -desde la escucha, la experiencia musical y la intención didáctica- una búsqueda y un diálogo con la obra de autores mayúsculos. En una apuesta por salvar las lindes de los idiomas, el cantautor se atreve a traducir del portugués textos de canciones de artistas vertebrales de la música popular brasilera (MPB) como Chico Buarque, Vinicius de Moraes, Pixinginha, Antonio Carlos Jobim y Caetano Veloso; además de temas de Joan Manuel Serrat, vertidas del catalán al español. Este trabajo, que más se escucha que se lee, se sustenta en el oficio de músico intérprete que Cox ha cultivado por más de cuatro décadas.
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