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De la mano de la poesía

Jason Arias, director de la editorial costarricense Fruit Salad Shaker, está en Bolivia y conversó con La Trini acerca de su incursión en la edición y de su catálogo que incluye poemarios de poetas bolivianos. Así iniciamos una serie de entrevistas a editores latinoamericanos que publican poesía boliviana.


- ¿Cómo y cuándo nace Fruit Salad Shaker?

- Nace en 2017 con el propósito, en ese momento, de cubrir una necesidad personal de ver publicado mi primer poemario Querida Carmen y de publicar también a varios autores en una antología de poesía joven costarricense titulada La Mandrágora I. Luego se pasó a querer refrescar la escena literaria de una manera diversa en géneros y propuestas, lo que en estos cinco años ha generado más de 25 títulos publicados.


- ¿Cuál es su línea editorial?

- Promovemos el consumo saludable y local de literatura, dando prioridad a personas jóvenes o no tan publicadas. Esperamos que esto permita refrescar la escena literaria y que la diversidad en sus distintos ejes sea manifestada en las propuestas a publicar.


- ¿Cómo se produjo tu acercamiento a la poesía boliviana?

- Todo viene a partir de que como editorial nos propusimos publicar una colección de poesía latinoamericana escrita por mujeres, en homenaje a la escritora costarricense y benemérita de la patria Virginia Grütter, lo cual nos llevó a contactarnos con la poeta Valeria Sandi y trabajar con su poemario Rincón de lluvia.


- Cuéntanos sobre los libros de poetas bolivianos que se presentaron el 12 de septiembre.

- Son tres propuestas muy distintas la una de la otra. Infancia de pájaro, de Sarah Gonzales; Entre ecos, de Gladys Callisaya y Memorias con magma, de Juan Pablo Sejas. Están pendientes de presentación en La Paz: Carne sin rostro, de Alí Céspedes y Patria desnuda, de Amelie Viscarra. Un eje transversal es el sentir de vivir en Bolivia, la identidad de su país y recorrer a través de la poesía la infancia y el espacio que se habita, cada uno marcado por un estilo propio y particular.


- ¿Cómo ha sido tu experiencia en el Festival Jauría de Palabras y en Bolivia en general?

- Para ser una de mis primeras experiencias desde la poesía saliendo a representar a Costa Rica, ha sido y sigue siendo toda una aventura literaria. Han pasado situaciones y eventos particulares súper interesantes, todos de la mano de la poesía o del sentir poético. A Bolivia, en general, le guardo total aprecio desde que en 2019 tuve la oportunidad de recorrerla viajando como mochilero y siempre ha estado dentro de los países que más quiero; ahora con toda estas situaciones que han sucedido, todas para bien, aún más.

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