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La fertilidad del cine boliviano

Luego de obtener un histórico galardón a la mejor música original en la más reciente entrega de los Premios Platino, que premia a la producción cinematográfica latinoamericana, el compositor Cergio Prudencio habla con La Trini sobre su trabajo en música para filmes en general, Utama, en particular, y el buen momento del cine nacional.


- Ya has trabajado previamente en bandas sonoras, ¿cómo concibes la relación entre la imagen (en movimiento) y la música?

- No existen cánones fijos ni predeterminados. Es un campo abierto (y minado) donde se construyen relaciones según criterios significantes y expresivos. El resultado puede ser mayor a la suma de las partes, o lo contrario; puede afectarlas hasta su imperceptibilidad o insignificancia. Es un proceso de toma de decisiones que pueden ir desde el uso de convenciones hasta la experimentación interpelante. Hay que probar. ¿Qué dice la imagen sin música? ¿Qué dice con música? Son las preguntas básicas para resolver una relación que responde a los mismos vértigos de un matrimonio.


- ¿Cómo encaraste la composición de la música original de Utama?

- En base a incorporaciones de mi música que el director, Alejandro Loayza Grisi, había probado preliminarmente en los primeros cortes de imagen. Utama toma fragmentos de obras mías para la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos (OEIN) que Loayza asoció con su historia, imágenes y narrativa. Sobre esa premisa intervine yo ampliando el espectro de músicas, proponiendo entradas y salidas, y finalmente componiendo “Alma canto”, una pieza específicamente creada para Utama y su enigmático sustrato anímico y espiritual.


- En la premiación también reconociste a Luzmila Carpio y Fernando Cabrera, ¿Cuál fue su aporte para la música de la película?

- “Condor Mallku” es una canción del repertorio de Luzmila que Loayza incorporó desde el inicio mismo por su evocación a ese subpersonaje que es el cóndor en la película. Y la canción de Cabrera fue encargada como contraparte de la producción uruguaya para el final. No hubo contacto entre los tres a estos fines, lo cual yo –en lo personal– lamento mucho.


- ¿Cómo vives este momento de reconocimiento internacional para el cine boliviano y particularmente para Utama?

- Con ilusión. Creo que la fertilidad del cine boliviano de los últimos años, en general, y la trascendencia sin precedentes de Utama, en particular, nos ilusionan en lo que podría ser un crecimiento sustantivo de la producción cinematográfica boliviana. Somos una sociedad intensamente dinamizada por sus procesos políticos y sociales, cuyo carácter asoma temáticas, visualidades, sonoridades y complejidades que son vertiente para un cine potente que exprese nuestra imagen-país, o la renueve, o la cuestione, o lo que sea, pero que en definitiva incida en nuestro tiempo y en los tiempos que vienen.


Foto: Ignacio Prudencio

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