Edmundo Paz Soldán habla sobre su novela Área protegida (Nuevo Milenio, 2024), en la que parte de la crisis climática aguda que parece inevitable en un futuro cercano. En esta entrevista adelanta alguna de las premisas del libro que se presenta mañana a las 20:00 en la FIL La Paz.
- ¿Cómo se te ocurrió a centrar Área protegida en una crisis ambiental?
- A principios de la década pasada, de visita en Cobija, me tocó vivir una inundación. Por ese entonces no entendía que no se trataba de un desastre aislado, sino parte de los cambios que afectan al planeta. Mis lecturas de los últimos años me han llevado naturalmente a imaginar historias relacionadas con este tema.
- ¿Cuál es el papel de la literatura en la concienciación sobre el cambio climático?- Creo que todos estamos cansados de mensajes de concienciación y ese no es el papel de la literatura. A mí me interesa, más que nada, ver cómo la literatura trabaja estos temas, ver cómo trasladar una sensibilidad ecológica a una narrativa, cómo representar los desafíos sociales y políticos sin por ello convertirlos en parte de una literatura con mensaje.
- ¿Hay algún evento o experiencia personal que haya influido en tu enfoque sobre los temas ambientales en esta novela?
- La inundación que mencioné anteriormente. La visita que hice al Museo del OVNI en la ciudad de Victoria, en Entre Ríos (Argentina). El haber conocido a un anarquista que durante un tiempo vivió en mi casa y luego decidió cortar con la sociedad contemporánea y se fue a vivir de manera autosustentable a un bosque en Oklahoma, donde tenía una carpa y cazaba y pescaba su propia comida.
- La novela muestra tensiones entre la comunidad y el gobierno sobre proyectos de desarrollo. ¿Cómo crees que estas tensiones reflejan la situación actual en Bolivia y en otros lugares?
- Queremos progresar y desarrollarnos, pero no hemos encontrado formas de hacerlo que no afecten al medioambiente, pues no podemos salir de nuestras anteojeras extractivistas. ¿Cómo hacer la transición a una economía basada en recursos renovables sin que sufra la población? Es un desafío crucial, sin soluciones fáciles.
- ¿Puedes hablar más sobre el Partido Socialista de Avanzada (PSA) y cómo su presencia en la novela refleja o se diferencia de los partidos políticos reales?
- Parte de la novela se inspira en el debate en torno a la construcción de una carretera en el TIPNIS por parte del gobierno de Evo Morales. Aquí mi crítica específica es a cómo los partidos nacionales –en este caso el MAS, pero los otros partidos no se han mostrado muy diferentes– no tienen una verdadera agenda ambiental, y se llenan de discursos sobre la protección a las comunidades originarias y a la biodiversidad, sin por ello cambiar su forma de ver nuestros bosques y selva como materia de extractivismo.
- ¿Qué papel crees que la tecnología debería jugar en la conservación ambiental?
- Chris Barrett, un profesor de economía agrícola de la universidad en la que trabajo, habla de la inevitable crisis del sistema alimentario mundial debido al cambio climático, y de la necesidad de que, con la ayuda de la tecnología, algunos alimentos sean rediseñados para paliar las rupturas que ocurrirán. En el sudeste asiático ya han aparecido variedades de arroz resistente a las inundaciones, y en varias partes del planeta se está experimentando con cultivos biofortificados de maíz, frijoles, camote, etc. Hay varias maneras en las que la tecnología puede ayudarnos, pero esa me parece central. Una novela de ciencia ficción de Paulo Bacigalupi, La chica mecánica, explora este tema muy bien.
- ¿Qué nos puedes de los enfoques o ideas en torno al desarrollo tecnológico en la novela?- Me interesó explorar algunas posibilidades tecnológicas en desarrollo, como las de la desextinción, el intento de devolver a la vida a especies desaparecidas. En la novela hay mucha gente que cree haber visto en el Área Protegida al gato pantera, un animal extinto que algunos científicos acaban de reanimar. Es un problema ético serio el de intentar jugar a Dios, y que aquí exploro desde el punto de vista narrativo, con la paradoja de por qué cuando las especies están vivas no las cuidamos, pero cuando desaparecen de pronto nos ponemos a idealizarlas.
- Los personajes de Área protegida tienen fuertes motivaciones personales. ¿Cómo desarrollaste sus historias y qué querías que reflejaran?
- Las versiones que escribí de la novela me sirvieron para ir entendiendo a los personajes. En el caso del Profe, me llamaba la atención el impulso que tiene alguien para intentar abandonar la civilización. Pensé en el anarquista que vivió en mi casa como punto de partida, y luego le di al Profe un interés en cuestiones ambientales. Sentía que me faltaba algo más personal en su historia, y en las versiones finales apareció la relación con su tía, la abducción extraterrestre, etc.
- ¿Cómo crees que las historias personales de tus personajes ayudan a transmitir los temas más amplios de la novela?
- Una novela depende del lenguaje, de la trama, de los personajes. El tema no sirve de mucho si no está en diálogo con la forma.
- ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste al escribir esta novela?
- En las primeras versiones yo no tenía mucha distancia y estaba muy implicado en el tema. No practicaba lo que predicaba, y estaba escribiendo una novela plomiza con mensaje sobre la necesidad de luchar por el cuidado del medioambiente. Escuché una charla de una colega activista en temas ambientales, y cuando le pregunté qué se podía hacer para colaborar en esa lucha, me respondió que nada, que ya habíamos sido derrotados.
Pensé que el pesimismo de mi colega podía contrarrestar a mi idealismo inicial, y eso me ayudó a tomar cierta distancia de la novela: el Profe piensa que la derrota ya ha ocurrido y por lo tanto solo queda crear una comunidad para enfrentar el fin de la mejor manera posible.
- ¿Cómo ves la actualidad de la literatura latinoamericana en cuanto al tratamiento de temas ambientales y sociales?
- Se podría escribir una historia de la literatura latinoamericana a partir de los escritores que han construido ficciones y poemas relacionados con el medioambiente, o leer textos clásicos a partir de esa preocupación actual. Me gustaría citar un texto fundacional, La vorágine, del colombiano José Eustasio Rivera. Esta novela acaba de cumplir cien años y es más relevante que nunca: ahí, en la narración de cómo se depredó la selva amazónica durante los años de explotación del caucho, se condensa buena parte de nuestros debates contemporáneos sobre el tema.
- ¿Qué proyectos futuros tienes en mente?
- Un par de libros de cuentos de ficción especulativa que trabajan temas como el desequilibrio del medioambiente, la extinción de animales como el jaguar o el cóndor, la reconfiguración de lo que entendemos como naturaleza.
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