La formación que grabó los dos únicos –y ahora clásicos– álbumes de Pateando el Perro, los viscerales Disfrazados (1995) y Desmayo (2000), se reunió por primera vez en años. Gómez, Jaime, Nigro y Fox tocaron juntos y el tiempo parece haberles sentado bien. De la sensación del ensamble reencontrado, de lo que anduvieron haciendo estos años previos y de posibles planes futuros charlan aquí, con La Trini, estos señores del rock.
Fotos: Sergio Suxo
Más allá de la evidente ascendencia del rock argentino en nuestro país, hay rockeros argentinos que se arraigaron en Bolivia para proyectar su música y lograron una influencia hoy palpable. Un germen de este fenómeno es Pateando al Perro, banda cordobesa que, en su aventura primigenia allá por 1995, cruzó la frontera por tierra y después de pasar por Tarija se asentó en La Paz.
De aquella patriada, muy en sintonía con la vieja escuela rockera de tocar y girar donde sea, se quedaron en La Paz dos músicos hoy fundamentales e ineludibles en la escena del rock boliviano: Gonzalo Gómez y Julio Jaime. El primero, luego de un lapso breve en su natal Oliva (Córdoba, Argentina), continúa viviendo en Bolivia y mantiene viva su banda Go Go Blues; el segundo está afincado en España desde hace algunos años, después de haber tocado y destacado en bandas nacionales como Lick Samba, Atajo, Llegas y, por supuesto, Go Go Blues
El último fincho de abril la banda se reunió y se mandó tres sendos conciertos (dos en La Paz y uno en Tarija) que manifiestan la vigencia de su vitalidad y furia en escenario. A la formación de cuarteto se sumaron Freddy Mendizábal en teclados y Diego Murillo en guitarras y bajo.
Más allá de la carrera de guitarrista y productor, Gonzalo Gómez –cuyos pasos, al contrario de los de sus compañeros, podemos seguir más de cerca– ya lleva 20 años al frente de Go Go Blues, como él mismo manifiesta: “muy feliz de estar allí”. Pero, ¿qué fue de la vida de los otros músicos de Pateando? Julio Jaime, muy recordado y querido en la movida rockera paceña, cuenta: “las bandas en las que he estado últimamente tocan rock en español y rock en inglés, trabajando en hoteles y en locales nocturnos en la isla de Mallorca”. Mientras que el batero Franz Fox ha consagrado estos años a su profesión de publicista, pero tiene clara su relación con la banda: “haber estado y seguir en Pateando al Perro, para mí es la música. He llegado al lugar donde me siento cómodo”.
Enmarcados momentos
La repercusión acerca de lo bien que sonó la banda en estos conciertos de reencuentro, no solo queda en la audiencia, que tuvo la oportunidad de verlos y escucharlos en vivo después de mucho tiempo, sino al interior de la formación, que se entusiasma con el presente –y futuro– de Pateando:
Gonzalo Gómez: “fue fantástico, extraordinario. Yo creo que la banda tiene un sonido bien poderoso, que hemos trabajado mucho para poder mostrar en estos conciertos la mejor performance posible. Me siento muy feliz por cómo escuché a la banda, creo que nunca sonamos tan bien”.
Julio Jaime: “el sonido ha sido increíble. Había muchas ganas de tocar y eso ha sumado mucho para que la banda suene totalmente demoledora. Y el aporte de Freddy Mendizábal y de Diego Murillo ha sido un complemento y un fichaje puntual. Fue una cosa tremenda”.
Franz Fox: “en resumen: increíble. Quizás se nota la edad y el crecimiento mental, emocional, y no sé si la banda [antes] sonó tan lindo como ahora. Después de tantos años de no vernos, hemos vuelto a sentir algo muy emotivo. Parece que el cuerpo tiene una memoria muscular: aunque no sabe qué viene en la canción, en milésimas de segundo lo siente y ya está, sale”.
El presente
Con la adrenalina arriba, en el amanecer de un fin de semana agitado, Pateando al Perro empieza a pensar –¿por qué no? – en nuevos conciertos y grabaciones, aun cuando, como apunta el Fox, no era el plan inicial: “en principio [la idea] era juntarnos y nada más, pero después de esto que nos ha pasado, han surgido muchas ganas e incluso propuestas de gente que nos dijo: ‘¿por qué no graban?’. Entonces, hay una gran posibilidad de que grabemos un nuevo disco, sería muy lindo de verdad”.
El bajista Julio Jaime espolea la ilusión: “no hay todavía un proyecto confirmado para hacer un disco o volver a tocar juntos, pero hemos quedado muy contentos por la manera en que sonó y obviamente no faltan las ganas de seguir adelante, de seguir haciendo cosas”.
Es el Gómez quien aterriza nuevamente en el presente: “hemos hablado, pero todavía no hemos concretado nada. Nos gustaría poder hacer un disco juntos, pero todo depende de cómo se puedan dar las cosas. Yo por ahora quiero disfrutar mucho este momento, estos shows que han sido increíbles y el documental; eso es en lo que yo estoy ahora enfocado, así que vamos a ir paso a paso”.
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