Tres poemas de Eugenia Páez desde Santiago del Estero, Argentina
Tengo una sospecha
bien parecida
a una esperanza,
una flor se encapricha
a vivir sin más remedio,
a veces,
que volviendo lo gris
en agua ardiente.
Comprendo sin esfuerzo
que existen lugares
donde es imposible tenderse
como un objeto.
Allí me quedo examinando piezas
queriendo borrar
la viudez de mi taza.
Hago una seña
y pago mi cuenta
sin que me digan
su costo.
Se ha callado la niña
y un rayo de sol está en pena.
Se ha detenido un músico
en ese límite,
ni acá ni allá.
Allí, donde la libertad
es aroma de alas,
se ha callado la niña
que conmueve y mueve
en su frágil apariencia,
de puertas sin abrir,
de ventanas hacia ningún horizonte.
Aquella que dibujó luz de andar
tan prolijamente respetuoso
para trabajar, reír o cantar.
Eugenia Páez nació en Córdoba y actualmente vive en Frías, Santiago del Estero. Tiene 5 libros publicados: Entre peperina y letras, Pa’ el mal de amores, Calles versas y diversas, Aguas Calmas y ¿Habrá suficientes manzanas para todas? Su obra está publicada en diferentesantologías argentinas e internacionales.
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