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mARTadero: 20 años de cultura viva

Fernando García, director del Proyecto Cultural mARTadero habla en esta entrevista para La Trini sobre los 20 años de la entidad más activa y representativa de la gestión cultural independiente en Cochabamba, y probablemente en el país.



- ¿Cuál es el concepto y la línea de acción del proyecto mARTadero?

- mARTadero es muy especial porque surge autogestionado. Es una articulación entre colectivos y todas estas áreas tienen la responsabilidad de hacer una gestión cultural libre, independiente, colectiva y progresiva que vamos discutiendo como equipo cada 15 días. Esto es algo especial, porque la mayoría de los centros culturales han sido generados desde entidades públicas como el Centro de la Revolución Cultural.

 

En ese sentido de mARTadero desarrolla una gestión cultural transformadora. Creemos que el arte humaniza, que el arte transforma a las personas, a los grupos, a las sociedades y que vale la pena trabajar en eso. Aparte de nuestra dimensión de educadores y formadores (la mayor parte de la gente aquí trabajamos también como formadores en Universidad o colegios), tenemos este enfoque de utilizar el arte y la cultura para la transformación social. Y esto tiene muchas dimensiones y lecturas, por ejemplo, transformación de espacios públicos, trabajo con colegios, con instituciones en toda la ciudad, articulación de redes, creación e impulso de iniciativas culturales muy diversas, trabajos como el que se está haciendo con Endémica (cápsulas audiovisuales que visibilizan la creación literaria del país) y también apoyamos a colectivos de toda Bolivia con el Programa Micros, en políticas emergentes, ciudadanía en general, grupos LGBT, grupos de ambientalistas, grupos de mujeres recicladoras, es muy variado.

 

Para nosotros lo importante era entender que hace 20 años éramos un colectivo queriendo hacer cosas, pero sin tanta idea de lo administrativo, ni del levantamiento de recursos; y que ahora, más maduros, podríamos apoyar desde otro plano. Así, junto al Centro de documentación e Información Bolivia (CEDIB) y Misereor [N.d.R.: Obra episcopal de la Iglesia Católica alemana] cada año se apoya de 30 a 40 proyectos de todo el país. Esta es otra de las dimensiones de mARTadero en espacios públicos: nuestra gestión fomenta lo creativo desde la idea de arte y cultura para el cambio social.



Áreas de acción

 

- ¿En qué áreas específicas trabajan?

- mARTadero tiene un organigrama, digamos que es una estrella de siete puntas, en cada una de las cuales hay un área: diseño visual y arquitectónico, letras, escénicas, audiovisual, música, artes visuales e interacción social. Todas confluyen en un centro, que es lo que nosotros llamamos el área sinergética, por la capacidad de transferir energía, de compartirla y potenciarla; entonces casi todas las actividades del mARTadero involucran tres o cuatro áreas.

 

Entonces, tenemos siete áreas creativas y siete programas de desarrollo artístico cultural que tienen que ver con las residencias artísticas, la transformación en lo ecológico y en el barrio, con redes, con articulación de políticas culturales. 

 

Comunidad e hiperbarrio 

 

- ¿Cómo se ha desarrollado la relación de la institución con el barrio, con la comunidad?

- De una forma muy variable. Hemos definido lo que es un hiperbarrio; estamos enclavados en el barrio Villa Coronilla, pero también en un hiperbarrio de vecinos que quieren articularse para hacer cosas juntos y no necesariamente están en nuestro entorno. Concretamente, hemos hecho muchísimas cosas en Villa Coronilla, la Plaza de los Arrieros, el Parque Urbano Ollantay, que ha tenido una transformación clave de la señalética y la forestación. Hacemos muchas cosas en nuestro barrio pero también en Santa Teresa, Gerónimo de Osorio… Entonces nuestra lógica es encontrar cómplices que de verdad confíen en nosotros y que quieran hacer cosas juntos. No solo somos un centro barrial, somos un centro multiperteneciente a varias esferas en las que estamos intentando aportar desde lo que sabemos hacer.



Hitos 

 

- ¿Cuáles son los productos culturales y eventos más representativos de estos 20 años?

- El proyecto mARTadero ha tenido más de 3.500 actividades en estos 20 años. Cada actividad tiene bastante importancia en su contexto espacial, temporal y temático. Hay eventos que pueden tener cinco o seis personas como, por ejemplo, formación poética o literaria, pero que pueden tener mucha trascendencia a lo largo del tiempo, porque muchas de esas personas se involucran, se van a estudiar Literatura a La Paz, empiezan a moverse internacionalmente, y acabamos grabándolos como parte de Endémica, porque han tenido una producción literaria. Hay actividades de ese tipo a las que le pondría una atención especial.

 

Y por supuesto están las actividades más visibles por toda la ciudad, como la Bienal de Arte Urbano (BAU), con la que hicimos más de 60 murales de gran formato y que ha posicionado a Cochabamba como parte de un circuito de arte urbano en Latinoamérica. O el Conart, que arrancó con la curaduría de arte contemporáneo hace 22 años, antes de que existiese mARTadero, y ya posicionó el arte contemporáneo y la curaduría, la palabra misma. Hace 20 años tomamos este espacio para transformarlo con esta lógica de darle sentido a la curaduría, de transformar espacios, resignificar espacios en abandono. Otra de las convocatorias del Conart ha sido en arte digital, y hemos generado muchas transformaciones con realidad aumentada. También tuvimos en su momento los encuentros literarios Panza de Oro, de poesía transfronteriza, también ciclos de grandes conciertos, como el Llajta Rock, que está volviendo este año.

 

Cada área tiene actividades emblemáticas. En arquitectura, por ejemplo, tenemos el Taller de acupuntura urbana, yo estoy en esa área, y hacemos todas estas intervenciones con las cuales han mejorado espacios en la Coronilla, en la Plaza Del Granado, en el pasaje San Rafael y en distintos lugares de la ciudad, dándoles belleza, sentido y una narrativa. 

 

Yo diría que, de todas las actividades, cada una tiene algo muy rescatable, y obviamente algunas son más espectaculares que otras, por el número de gente que mueven.



Autogestión

 

- ¿Cómo se financian los proyectos?

- Es siempre difícil, porque el país no tiene ayudas estructuradas, inversiones en el área cultural, que facilitarían el ejercicio de los derechos culturales de los ciudadanos, que políticamente están descuidados, porque le corresponde al Estado, que ha firmado cartas adscribiéndose y autoobligándose a llevar adelante esto y no lo hace.

 

Actualmente, en el mARTadero trabajamos con un sistema económico que se llama fluxonomía, que es economía del flujo, que está sistematizada por Lala Deheinzelin, una artista, futuróloga y economista brasileña que unió la idea de economía creativa (la economía naranja), con la economía compartida, colaborativa y la economía multivalor: las nuevas economías con una visión de futuro deseable. Trabajando esto, en la práctica, hemos llegado al desarrollo de indicadores que se han compartido incluso en reuniones con la Unión Europea. Hay muchos centros que están empezando a aplicar estas cosas. Hay una parte de investigación también que a veces no es tan conocida ahí afuera, y la aplicamos hoy por hoy. Primero, decidimos todos juntos; decidimos cómo vamos a generar los recursos y en qué los vamos a utilizar en conjunto.

 

Tenemos tres tercios: una parte es la puesta en juego del capital físico, los 3.000 metros cuadrados del Matadero. Este espacio puede generar recursos por grabación de videoclips, por residencias artísticas, por aportes del café. Y todas estas cosas dejan un porcentaje y permiten un mantenimiento. Otro tercio es el equipo humano, que hace trabajos hacia afuera, por ejemplo, el equipo de comunicación, que en este momento está haciendo cosas para ONU Mujeres y el PNUD. Y el otro tercio llega de lo que llamamos el capital simbólico, que son instituciones que nos conocen, les gusta lo que hacemos y nos ofrecen trabajar en algunos proyectos comunes. En este momento estamos trabajando sobre todo con Misereor, una organización alemana a la que le interesa empoderar a los jóvenes a través del arte, de la participación social.

 

Con eso estamos siempre al filo, porque siempre los espacios culturales y los artistas en Bolivia estamos al filo, son muy poquitos los que han logrado una proyección internacional y que han tenido un reconocimiento económico que les permita vivir de su trabajo creativo. Casi todo empieza de cero, y no nos pasa solo a nosotros, les pasa a festivales ya constituidos como el Bertolt Brecht, que lleva 25 años. Todas las iniciativas que llevan recorrido deberían ser declaradas patrimonio nacional y cuidadas como tal; por ejemplo, el Panza de Oro, que se tuvo que discontinuar por falta de recursos.



Celebración

 

- ¿Qué actividades tienen programadas para celebrar estos 20 años?

- Este 2024 es un año doblemente especial, porque este inmueble, que es nuestra casa común y que ha permitido tener disponibilidad de un lugar donde encontrarnos, donde crear juntos, donde interactuar, donde hacer actividades culturales, cumple 100 años. Es un espacio precioso, de 3.000 metros cuadrados, un poco ruinoso, que seguimos arreglando poco a poco.

 

Y, por otro lado, son 20 años del proyecto que le dio una nueva vida a este lugar y una posibilidad de reciclaje espacial. Todo el año prácticamente ha sido de aniversario, pero este septiembre tenemos actividades de mucho mayor alcance. Una fue la exposición de Mamani Mamani y el colectivo Kuska, seguimos con el festival de metal, y a partir de ahí tuvimos actividades continuas de teatro y de audiovisual, hasta el 27 de septiembre, que será la gran fiesta de cierre, alineada con la noche de museos. En Proyecto mARTadero habrá actividades casi en cada sala, habrá video-mapping en la fachada principal, habrá micro-teatro y micro-danza, proyecciones audiovisuales y, por supuesto, muchos conciertos y grupos de música en distintos puntos. Será un día de celebración de cierre.

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