“El teatro boliviano se enfrenta al desafío de generar sus propios dramaturgos, su propia escritura”
- revista la trini

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Actualizado: hace 19 horas

Antonio Peredo, actor y parte del elenco de esta obra, además de director del espacio El Búnker de La Paz, evalúa el proceso, reflexiona sobre la actualidad del teatro nacional e invita a la nueva puesta en escena de El Himnovador en Cochabamba, el próximo 28 de octubre
¿Cuándo y cómo comenzó la concepción de la obra? ¿Cómo fue el proceso del texto dramatúrgico?
Después de ya varios años de visitas prolongadas a Bolivia, Luis Miguel González (autor de la obra) se encuentra con este casi rumor de que el compositor de la música del himno nacional también compuso himnos para otros países. Intrigado y curioso por esta historia de un músico que andaba vendiendo himnos a granel, comenzó a investigar.
Pocos años después encontró que ese no era el caso y que Vincenti fue parte de un numeroso grupo de artistas italianos que salió de Europa, alejándose de la guerra, y quería, como muchos otros, encontrar nuevos horizontes en América. Una investigación a partir de documentos históricos contrastada con la mirada del escritor, generan esta dramaturgia biográfica sobre Leopoldo Benedetto Vincenti Franti. Así nace la intención de contar la historia que fue estrenada en el año 2018.
¿Cómo se trabajó la puesta en escena? ¿Cambió algo desde el estreno?
Gracias al trabajo en colaboración entre el Teatro del Astillero y El Bunker, casa de creación, la puesta en escena ha podido ser trabajada desde varias perspectivas. El trabajo musical, por consecuencia lógica, tiene un valor importante, haciendo un recorrido histórico a la par de la historia del personaje, la iluminación como componente esencial de la historia al mostrar diferentes tiempos dramáticos y el trabajo actoral que tuvo la tarea de representar más de veinte personajes en escena con tan solo tres actores.
Los cambios se han ido dando en virtud de la suma y la atención al detalle. El equipo artístico dedicado a lo espacial ha trabajado acompañando el proceso creativo y en la última etapa no ha sido excepción. Una sonorización tridimensional, un diseño de iluminación que genera ambientes oníricos y un juego escénico de múltiples elementos teatrales, ha sido posible con una renovación permanente desde los propios actores.
¿Cómo se presenta a la figura de Leopoldo Benedetto Vincenti?
Leopoldo Benedetto Vincenti Franti es un personaje trágico en busca de su propio gesto creador, el personaje que intenta encontrar su propia esencia artística y que, por la historia y sus contextos, luchará por una originalidad que difícilmente es conseguida. La tragedia lo consume, lo familiar como lo político serán el camino pedregoso que tendrá que recorrer. Al ser una puesta en escena que inicia en las últimas horas de vida de Vincenti en las que el personaje hace un salto al pasado para recordar su propia historia, el personaje recorre su propio mundo de sueños, de sátira, de pesadilla. Lo trágico se confronta con la comedia, solo para darse cuenta de que la luna y la guerra han sido sus únicos acompañantes.
¿En qué proyectos y obras está trabajando actualmente El Bunker?
Como espacio estamos trabajando en la programación del próximo año que contará con nuevas creaciones y co-producciones. Seguiremos trabajando con otros artistas locales y también internacionales para el 2026.
Actualmente estamos desarrollando la segunda versión del encuentro internacional de dramaturgia Creando Autorías que supone la coordinación de cuatro países de Iberoamérica y desarrollará un proceso de escritura de seis meses con autores de diversas regiones. La convocatoria a participar de este encuentro finaliza el 30 de noviembre. (Participa aquí)
¿Cómo ves la actualidad del teatro y de la dramaturgia en Bolivia?
El teatro en Bolivia este año ha debido ser uno de los más prolíficos y nutridos en cuanto a cartelera. Muchas producciones y estrenos, sin embargo, sabemos que estos picos son momentáneos y que la producción no es regular en esta medida. Creemos que el teatro boliviano se enfrenta al desafío de generar sus propios dramaturgos, su propia escritura. Lograr consolidar una identidad propia es el gran reto. Eso dependerá de cómo las fuerzas productivas y los aparatos necesarios se consoliden para poder lograrlo.
Dentro del nuevo contexto político solo queda esperar a ver cómo se configurará el nuevo panorama. El teatro no es un buen mecanismo de mercado para la política en nuestros tiempos, lo que permite que sea un bastión de resistencia que se configura desde algunas trincheras. Esperemos que el teatro tome ese protagonismo con su propia identidad, acompañado de las ideas de país, pueblo y cultura que se han ido construyendo en los últimos años.








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