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El Premio Peter Travesí reafirma su impronta en el panorama teatral boliviano

Una recapitulación de la 32 edición de uno de los más importantes eventos del calendario anual de las artes escénicas.


El Premio Nacional de Teatro Peter Travesí Canedo, en su edición 32, acogió 10 elencos nacionales, que durante nueve jornadas presentaron sus obras en medio de turbulencias en la organización, la participación progresiva del público y la expectativa general del mundo teatrero de renovar la Ley 1190.


Cinco grupos de La Paz, dos de Cochabamba, uno de Sucre, uno de Santa Cruz y uno de Oruro fueron los encargados de reflejar el termómetro del Teatro en el país. Teatro El Animal, en conjunto con el Teatro de los Andes (Sucre) con su obra “El escorial” levantó el telón con buena presencia de público.


El domingo 24 de septiembre Títeres Elwaky (Cochabamba) presentó su entrañable obra “Un cachito de Quijote”; el lunes 25 el elenco Maracaracol Teatro (La Paz) nos hizo viajar a nuevas alturas con “Astronauta”. El martes 26 el grupo Mosaico Colectivo (La Paz) presentó “Vínculos”. Zero Teatro (Cochabamba) puso en escena “Los adioses de José” el miércoles 27. El jueves Altoteatro y Minkacultural (La Paz) escenificaron “Las moscas del olvido”. El viernes 29 el grupo de Teatro Feroz puso en escena “Pacífico”, el sábado 29 Teatro Grito (La Paz) con “Viaje al corazón de la madre tierra” y Chakana Teatro (Santa Cruz) con “Ave” cumplieron la penúltima jornada teatral. El cierre estuvo a cargo del grupo Urus Delirium (Oruro) y su obra “Los pueblos del agua”.


Obras destacadas

“Pacífico”: la propuesta de Teatro Feroz jugó con la ambigüedad de la palabra y mostró una puesta en escena sorpresiva y cautivante que habla, lejos de la reivindicación marítima, de la percepción personal, los estereotipos de comportamiento de género, la libertad y lo “pacífico” que debe ser el autocrecimiento humano. Una pieza teatral bien dirigida por Samadi Valcárcel que tanto visual como actoralmente logró ser del agrado del público.


“Ave”: Chacana Teatro tuvo una presentación particular, encerró al público en el mismo escenario volviéndolo así parte activa de la obra. La puesta en escena logró el objetivo, fue limpia, precisa e íntima. Mostro un texto fuerte, claro y un trabajo actoral elevado. La obra capturó la máxima atención del público que terminó conmovido y satisfecho. La dramaturgia y la actuación estuvo a cargo de Mariana Bredow y la dirección fue de Ariel Muñoz.


“Los pueblos del agua”: Urus Delirium Teatro, en colaboración con Tabla Roja ofreció una puesta en escena dinámica, colorida y acertada. Además de un trabajo actoral muy exigente que estuvo a la altura de la pieza dramática. El texto, a cargo de la dramaturga Alexia Laredo, fue limpio y contundente, tocando temas sensibles que fueron bien abordados, cómo es el caso de la sequedad del lago Poopó. La dirección de Ariel Baptista fue el complemento necesario para darle vida y delicadeza al texto. Una obra bien lograda, con actuaciones honestas que dejaron sensaciones de un alentador crecimiento en el teatro orureño.



Los ganadores

Mejor actriz: Mariana Bredow (Obra: “Ave”. Elenco: Chakana Teatro)

Mejor actor: Darío Torres (Obra: “Pacífico”. Elenco: Teatro Feroz)

Mejor dirección: Freddy Chipana (Obra: “Las moscas del olvido”. Elenco: Altoteatro y Minkacultural)

Mejor dramaturgia: Mariana Bredow (Obra: “Ave”. Elenco: Chakana Teatro)

Mejor puesta en escena: “El Escorial” (Elenco: Teatro Animal y Teatro de los Andes)


 

Turbulencias en la organización

En cuanto a la organización, hubo tropiezos marcados desde el primer día, algo que se viene arrastrando desde hace muchos años. El Premio Nacional es organizado, bajo la ley 1190, por el Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba, el Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, el Instituto Boliviano de Arte (IBART), la Unión Nacional de Poetas Escritores – Filial Cochabamba y la Universidad Mayor de San Simón. Pero lejos de trabajar en conjunto, las entidades públicas parecieron competir por su indiferencia. Juan Argandoña, presidente de IBART, sostuvo: “se supone que este premio lo organizamos cinco instituciones, pero el trabajo recae en las dos que no son públicas, las otras ni siquiera apoyan con logística”.

Es inadmisible que la alcaldía no haya autorizado el uso libre del Teatro Achá, el principal escenario de la ciudad, que tuvo que ser alquilado por el IBART. El resultado de los problemas internos desemboca en la poca difusión del evento, por ende, la baja asistencia de público.


 

En torno a la Ley 1190

Al finalizar el evento, los elencos y algunos asistentes debatieron sobre la imperiosa necesidad de modificar y actualizar la Ley 1190 que rige desde hace 32 años al Premio Peter Travesí, y que hoy por hoy no se apega a las necesidades y realidades de los artistas teatrales en Bolivia.


Renovar esta norma es fundamental para asegurar la continuidad del premio que, por motivos externos al quehacer artístico, ha involucionado en lugar de evolucionar con el paso de los años. Una adecuación de esta ley y, por lo tanto, del reglamento del evento, debe enfatizar la responsabilidad compartida a las cinco instituciones organizadoras.


Fotos Ave: Dino Garzoni / Anuar Elías

Fotos Las moscas del olvido: Aldo Espinoza

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