Arte y luchas sociales en la obra de David Crespo Gastelú y Rosenda Caballero
- marcela araúz

- hace 11 horas
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El archivo epistolar de esta pareja de artistas, reconocido por la Unesco, ya está a disposición del público en la Casa Museo Inés Córdova-Gil Imaná.

Obras de arte, bosquejos, álbumes de fotos, documentación y cartas, muchísimas cartas, componen la colección de 4.000 bienes culturales que la familia del artista David Crespo Gastelú y su pareja, la escritora Rosenda Caballero, donó en 2022 al Museo Nacional de Arte (MNA) y la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
Tras un par de años de sistematización, el Archivo epistolar y artístico de Crespo y Caballero acaba de alcanzar el reconocimiento internacional de “Memoria del Mundo” (MowLac) otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El anuncio de esta nominación se realizó en noviembre durante la XXIV Reunión del Comité Regional MoWLAC en Lima y Cusco (Perú).
David Crespo Gastelú con su poderosa estilización en el dibujo fue uno de los pilares que estableció el indigenismo en el arte bolivianos. Rosenda Caballero tenía una pluma virtuosa que lastimosamente se mantuvo a la sombra del genio mucho tiempo, más era imprescindible al momento de hablar de la obra bibliográfica del pintor. Y este reconocimiento destaca, justamente, esa unión innegociable que tenían en el arte, pero también su compromiso político con la izquierda de entonces y la lucha conjunta por los derechos de los pueblos.
La incorporación de este archivo al Programa “Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe” de la Unesco confirma su importancia como patrimonio documental indispensable para comprender la historia del indigenismo en Bolivia y en la región; estudiar los vínculos intelectuales latinoamericanos del siglo XX; reivindicar la figura de Rosenda Caballero (o ‘Gloria Serrano’, su seudónimo) como autora fundamental y preservar la memoria artística y política de una pareja que dedicó su vida a la defensa de la cultura indígena.
Abrir cajas y descubrir la historia
Este logro tiene su raíz en 2022, cuando las nietas de David y Rosenda -Ligia y Miriam Siles- decidieron donar ese patrimonio al MNA. “Yo quería que esté en un lugar seguro, donde la obra sea cuidada y pueda ser apreciada por otras personas”, cuenta Ligia hoy, desde la añeja casa en el barrio de Miraflores que durante décadas cobijó al Museo “David Crespo Gastelú”. Pero ya nadie iba a visitar el lugar, ya el olvido rondaba a esas obras.
Así fue que un día y con su venia, arribó al lugar el equipo de Restauración del MNA. Muchos de los documentos y otros bienes ya estaban embalados, así que con meticulosidad se inició la catalogación de cada uno de ellos.
“Lo que veía de los compañeros del Museo que venían a casa era su dedicación: estaban horas y horas -incluso sin almorzar, o medio en oscuras porque en algunos sectores no había luz- manejando las obras con mucha responsabilidad y cariño”, destaca Ligia. Y destaca: “Recuerdo con claridad a los restauradores, fue muy interesante verlos trabajar de esa manera. Fueron meses de tenerlos aquí en casa”, refiriéndose al manejo cuidadoso y paciente que esa área exige.
Con cada caja, o documento empolvado iban apareciendo maravillas y fragmentos irremplazables de la historia del indigenismo boliviano y su innegable compromiso indoamericano. De hecho, entre esas cajas empolvadas hallaron los manuscritos inéditos de Rosenda Caballero, cuya figura hoy puede ser considerada pionera de la escritura indigenista en Bolivia.
Entre los bienes donados también se hallan misivas que reflejan una red de vínculos con artistas e intelectuales de Bolivia, Argentina, Chile, Perú y México, quienes formaron parte del movimiento indoamericanista de la primera mitad del siglo XX. Tal era el vínculo entre ellos que incluso había un cuaderno que reunía dibujos, carituras y bosquejos que se regalaban entre ellos, Cecilio Guzmán de Rojas y Marina Núñez del Prado son algunos de los nombres que aparecen repetidamente.
Entre las obras de arte de Crespo Gastelú se hallan óleos, dibujos que hizo en Bolivia y en Buenos Aires, también había acuarelas. “David ha tenido el cuidado de guardar recortes de periódicos desde su primera exposición que fue en 1926”, detalla Ligia. A esos recortes, fue ella misma quien fue añadiendo publicaciones actuales sobre la obra del fundamental artista boliviano.
Hoy ese invaluable archivo es accesible para la población, ya que se halla en la Casa Museo Inés Córdova-Gil Imaná, ubicado en la avenida 20 de Octubre, esquina Aspiazu.







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