Recorrer mi nombre. Siete poemas de Ernestina Elorriaga

Pequeñísimo río
Desperté con la certeza
de que las tortitas de barro
estarían secas para jugar a la casita
como mi muñeca estaba sucia
tuve necesidad de una palangana
jabón y algunos trapos
pero las niñas trabajamos
acarreé leña
acarreé agua
cuando fui al estero
estaba la sombra agazapada
cubriéndome de sombra
mi grito se extravió en el Iberá junto al de los patos siriri
Pequeñísimo río de agua
bermellón
descendió por mis piernas
sollozando entre los pastizales
Niñitas de papel de mica
Una niña aúlla en medio de la calle
otras
aúllan escondidas en la tristeza
niñitas de papel de mica
de cristal de sales de tungsteno
niñas que nacieron niñas
amanecerán gimiendo
niñitas que no eligen
ni elegirán gemir
niñas que se esfuman en los sumideros del horror
niñas nubes
para ojos que no ven
El cielo se aleja
En el misterio cerrado de la noche
desde la luna
el niñito Dios la virgen y al burrito
me cuidan
a la siesta
los secretos del monte me atraen
mi cuerpo tiembla como praliné
burbuja de fuego
puro vértigo fundiéndose en el bronce
la infancia
y el deseo de una casita
de ir a la escuela
sombría la lujuria se demora en mi cuerpo
el cielo se aleja
todo se aleja
como un caracol en el infierno
arde mi sueño de ser niña.
Madre
Madre
peina mis gemidos
haz que los pájaros negros que me acosan
se ahoguen en la página en blanco
acaríciame como si fuera una cría de nutria
sangre de tu cuerpo
piedra de agua en tus ojos soy
madre
peina mis gemidos
haz que se hundan en el estero
y se vuelvan ceniza
quiero ser arena roja soplada por el viento
y jugar descalza a la escondida
madre
¿Quién devasta a la niña de mi cuerpo?
Y nada pudo hacer
Le supliqué a la virgencita de Itatí
y nada pudo hacer
le rogué al Gauchito Gil
y nada pudo hacer
até el pañuelito por sus puntas
e imploré
Santo Pilatos la cola te ato
si no se va no te desato
el vientre crecía a pesar de mis ruegos
entonces fui por dios
pero los hombres
habían vendado sus ojos.
Poema sin testigos
La bestia injuria a cielo abierto
¿Alguien ignora que en la ciénaga no crecen los lirios?
¿Qué quedará de mí?
si la zozobra abre sus estrías
en lo hondo de mi cuerpo
¿Quién cuidara mi costado?
ser la niña que ensucia la palabra
niña sin infancia