Wara Cardozo relumbra en el panorama del arte contemporáneo nacional y actualmente expone su obra en la Bienal Internacional de Arte Material Contemporáneo “Pensamiento en material” en Beijing, China.
- Provienes de una familia de artistas. ¿Cómo ha sido crecer en ese ámbito y, luego, encontrar tu propio camino y lenguaje en el arte?
- Mis papás se encargaron de rodearnos de mucha sensibilidad a través del trabajo que realizamos por más de 10 años con niños y niñas. “Para volver a ser niños juguemos con ellos”, así se llamaban las jornadas en las que cada domingo, durante dos horas, compartimos tiempo y conocimiento y creo que ese es uno de los factores más importantes para conectar con el lenguaje del arte y con las personas. Los amigos artistas fueron cómplices de todos los momentos de aprendizaje, recibimos visitas continuas de músicos, poetas, escritores, pintores, escultores y seres maravillosos colmados de sabiduría.
Cuando ingresé a la universidad, en Oruro, estudiaba agronomía, pero al iniciar el tercer año me mudé a Santa Cruz y ahí me refugié en la Fundación Puerta Abierta en la que ofertaban la Carrera de Arte. Así inicié este camino de una manera formal, y mi trabajo de alguna manera se reencontró con la naturaleza.
- ¿Cuáles son los conceptos y materiales con los que trabajas?
- Estoy trabajando con fibras naturales, algodón de color blanco y café, este último fue todo un descubrimiento, ignoraba que existiera de color, ambos orgánicos, que coseché en Santa Cruz. Y paralelamente estoy trabajando con cabellos, donaciones de familiares, amigos y desconocidos. Es algo que me permite conectar con lo humano.
- ¿Consideras tu trabajo parte de un movimiento o escuela, o es una búsqueda más personal?
- Siento que partió del Movimento Povera, porque al igual que sus artistas yo también trabajo con elementos pobres; así se denominaba al no estar dentro las artes tradicionales, pero yo prefiero hablar de “objetos de recuperación”. Es un término francés que encontré en 2012 (Objets de récupération). Actualmente, mi trabajo está considerado como arte contemporáneo.
- Tu obra ha sido seleccionada para la Bienal Internacional de Arte Material Contemporáneo “Pensamiento en material” en Beijing, China, ¿qué significado tiene para ti esta participación?
- Fue una grata noticia que seleccionen mi trabajo ya que la organización recibió 2.066 obras de 80 países y distritos de todo el mundo. Es un indicador de que mi trabajo tiene una mirada global.
- ¿En qué proyectos artísticos estás trabajando actualmente y con miras al futuro?
- En un par de semanas se inaugura el proyecto Libro Amarillo, gestionado por [la artista visual y curadora] Roxana Hartman, para ser exactos, el 7 de septiembre, en el Museo de Arte Contemporáneo, somos 10 artistas, y mi propuesta gira en torno a un saber ancestral: el hilado de fibra vegetal, la manipulación de las motas de algodón café y blanco. Usé una phuska (huso, rueca) que me regaló mi papá hace cuatro años. Me interesa porque a pesar de que en Santa Cruz se usa algodón pocas personas conocen su origen, y también es una manera de homenajear a quienes continúan hilando ya que este saber nos permitió tejer, vestirnos, abrigarnos. Vale la pena mencionar que el hilo llevó a desarrollar los telares y de ahí nace la programación.
Y el 15 del mismo mes presento otra muestra en galería Manzana Uno, denominada “Desde lo humano”, en la que reúno más de 15 piezas entre bidimensionales y tridimensionales elaboradas con cabellos. Me interesa interpelar al espectador sobre el residuo humano, en este caso el cabello.
“Es una manera de homenajear a quienes continúan hilando ya que este saber nos permitió tejer, vestirnos, abrigarnos. Vale la pena mencionar que el hilo llevó a desarrollar los telares y de ahí nace la programación.”
Fotos: Andrés Zuñiga / Wara Cardozo
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