Nos ha dejado William Aguilar, más conocido como Manuel Escarcha Polvorín, el poeta de la chicha, del humor valluno y de la ácida crítica social. Las redes sociales se hicieron eco de los homenajes y celebraciones de un autor singular, al margen y a contracorriente, cuya influencia se extiende a varias generaciones de artistas y gestores culturales, sobre todo en su Cochabamba (y su Tiquipaya). Publicamos uno de sus textos como una remembranza de su legado en las letras nacionales.
Oración del poeta
Madre locura
bendita tú eres entre todos los vientres
bendito es el fruto de tu vientre la poesía
no permitas que en nuestras vidas
la ideología del odio la adicción al dinero
la adicción a la adicción
nos roben el ajayu
recuérdanos de mes en cuando
los poetas somos malditos no maldecidos
voceros del aire somos cancilleres de la utopía
ministros sin cartera viceministros de aguas servidas
custodios del agua somos trashumantes purumas
decimos sin decirles nos hablamos sin hablarnos
permite
que el verbo redima
nuestros errores nuestros horrores
que armoniosos ejerzamos alegre rebeldía
con nostálgica ternura
en la frágil cotidianidad de la esperanza
ñusta lunaria
acompaña nuestros andares
tatuando dibujos pincelando
seres míticos monstruos divinos
en nuestros pechos de piedra caliza
aleja de nuestras espaldas el letal aliento del cobarde
la tribal tertulia lunar de espanto la crueldad amenazante
el ante cuándo de la rima el ardor falaz del engaño
eterna confidente de la creación
permítenos sentir en todos los tiempos
la creación espontánea la inocente
la reminiscencia del amor en nuestros deshabitados cuerpos
las místicas divinas profundidades del cantar de los cantares
todo en nuestros numinales cuerpos sacrales
virgencita negra te pedimos
que la sacrílega noche que nos husmea
no nos sorprenda muertos en vida
despliega nuestras alas antes del después
para no quedarnos
hasta los próximos olvidos
con nuestras almas delirando
esperanzadas por el mundo
ahora en el ahora
de la alegre rebeldía
amen
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